El asunto de fondo, del debate
canalero, radica, desde mi punto de
vista, en la visión cosmológica de todos
los nicaragüenses. ¿Cómo logramos apuntar a la excelencia en todo lo que hacemos?
(trabajar, debatir, construir, opinar, construir un canal……) ¿Cómo apuntamos a
la excelencia en todo lo que somos? (maestros, estudiantes, ambientalistas, políticos,
comerciantes, empresarios, transportistas). ¿Cómo?, ¿Cómo lo logramos?
Comparto la solución de la educación
como mecanismo de cambio, creo que, en
la formación de ciudadanos está la clave del éxito, y cuando hablo de educación
no me refiero a la pantomima que practicamos en la actualidad, hablo de; formación
de valores, educación financiera, deportes de alto rendimiento, tecnificación especializada,
cultura, arte, idiosincrasia. La formación
de maestro altamente calificados y la construcción
de verdaderos Centros de formación , primaria, secundaria y Universidades sería
un paso importante para la erradicación de la pobreza, la corrupción, la contaminación
y destrucción del ambiente.
Teóricamente la solución educacional es factible, pero; ¿educación para
qué?
Si partiéramos de 3 preguntas
claves. ¿Qué es Nicaragua hoy? (¿Nación, Estado, proyecto, comunidad?). ¿Cómo sería
la Nicaragua ideal? (democrática, justicia social, igualdad, paz,) ¿Cómo llegamos
a la Nicaragua Ideal? ( educación, canal interoceánico, inversión, políticos?,
podríamos llegar a un punto de partida.
Si de estas tres preguntas, nacerían
dos nuevas preguntas, ¿Quién está obligado a responder?, quien está obligado a
resolver?. Entonces, podríamos partir de la respuesta de un famoso jurista
norteamericano, el cual declaró que el
puesto más importante dentro de una democracia es el del ciudadano, creo firmemente, que tenía
toda la razón. Partiendo de todo esto y buscando más respuestas que preguntas,
reflexiono sobre nuestra carta fundacional y sobre nuestros ciudadanos.
La Constitución Política de
Nicaragua nos da un parámetro jurídico para fundar el argumento de estas preguntas, y de su respuesta, en los
Principios Fundacionales, artículo 2, se
establece que:
Artículo 2 La
soberanía nacional reside en el pueblo y la ejerce a través de instrumentos democráticos decidiendo y participando libremente en la construcción y perfeccionamiento
del sistema económico, político, cultural y social de la nación.
El poder soberano lo ejerce el pueblo por medio de sus representantes
libremente elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto, sin que
ninguna otra persona o reunión de personas pueda arrogarse esta representación.
También lo puede ejercer de forma directa a través del referéndum y el
plebiscito. Asimismo, podrá ejercerlo a través de otros mecanismos directos,
como los presupuestos participativos, las iniciativas ciudadanas, los Consejos
territoriales, las asambleas territoriales y comunales de los pueblos originarios
y afrodcseendientes, los Consejos sectoriales, y otros procedimientos que se
establezcan en la presente Constitución y las Leyes.
La utopía jurídica está plasmada en nuestra
carta magna, es la obligación de la
presente generación de nicaragüenses, la ejecución de este mandato
constitucional, la puesta en marcha de un plan y las acciones que conlleven a
lograr resultados positivos. La Constitución Política debe dejar de existir
como poesía jurídica y transformarse en acciones concretas, objetivas, constructivas
y positivas ejecutadas por los ciudadanos de nuestro pueblo, con constancia y dedicación.
¿Qué es Nicaragua hoy?, ¿Cómo sería la Nicaragua ideal?, ¿Cómo llegamos ahí?
En estas tres preguntas, podríamos resumir
la génisis de la solución final, sin estas tres preguntas, el debate canalero se convierte en una discusión superflua y más aún,
si nos enlodamos con el horror semántico de CANAL SI O CANAL NO. El reto está
en aprovechar el gran espacio
comunicacional que se ha creado con el
proyecto canalero, para comunicar el sueño utópico de nuestra Nación y de
nuestros ciudadanos.